3 de abril de 2008

Emos mexicanos: de moda intrascendente a víctimas mediatizadas


Esto fue algo q me encontre revisando el universal.com.mx se ma hace algo interesante dado los sucesos que han acontecido en estos dias con estos movimientos ok .....

Aunque había reservado mi opinión acerca de todo este relajo (ya muy desgastado para mi gusto) que se generó a partir de una convocatoria para agredir a los emos, abordaré el tema por única ocasión –en parte– por la solicitud de algunos lectores del presente blog.

Para empezar ¿qué demonios es eso de los emos? La palabrita proviene de “emotional”, el adjetivo utilizado para calificar a ese punk y hardcore con tintes melódicos que sonaba a mediados de los años ochenta.

La crítica (entiéndase prensa especializada) suele mencionar como precursores a Hüsker Dü –de los favoritos de Kurt Cobain– así como Fugazi –con su combativo álbum Repeater– aunque advierto que ninguno de ellos debe etiquetarse como “emotional punk” sino solamente como influencia.

Fueron bandas posteriores como Jawbox, Sense Field y Sunny Day Real Estate (nótese el nombre medio clavado) las que incorporaron crescendos y gritos chillones en las rolas. Para ser justos, la verdad es que hasta entonces la música resultaba interesante como género, aunque como suele suceder, terminó por comercializarse sólo para perder sustancia en la segunda mitad de la década de los noventa.

Pero bien ¿en qué momento alcanzó el estilo emo al rock mexicano? Con riesgo a equivocarme, me parece que podemos mencionar como pionera a la instrumental banda Austin TV, que dicho sea de paso, desde que surgió ha compuesto temas bastante decentes –mucho tiempo antes que Reactor 105 los programara hasta la náusea– a comparación de banditas que para mi gusto sí resultan intrascendentes, tal como Hummersqueal y Thermo.

Con todo, cada quien es libre de escuchar lo que se le pegue la gana. Pero entonces ¿en qué momento surge la aversión emo? Cuando se traslada la música como elemento inspirador de una tribu urbana que toma como estandarte la tristeza, pero sin propuesta alguna, al contrario de la cultura “dark” por ejemplo, con antecedentes como los newromantics, la cold wave o el dark folk, todos en la necesidad de comprender el comportamiento humano tras finalizar la Segunda Guerra Mundial y sus horrores. Tal vez por ello el existencialismo y la novela gótica encajan también en el (este sí) “movimiento” oscuro. Definitivamente mucho más inteligente que intentar suicidarse tal como pregonan algunos flecos que cubren un ojo.

Por supuesto la tribu emo –aún con todos estos antecedentes– tiene todo el derecho a defender un espacio. Pero es que en su versión mexicana, los adeptos locales ahora sí que “están para llorar”. Porque roban accesorios, prendas y hasta actitudes propias de la cultura punk y dark con el pretexto de construir su propia “cultura”, cuando en realidad se trata de vil y frívola moda. Bajo este contexto, la molestia que provoca en otras corrientes juveniles esta usurpación tramposa se logra entender. Y más aún cuando en las entrevistas a los autodenominados emos no podemos rescatar siquiera una pizca de coherencia en sus declaraciones: ¿The Chemical Romance y Panda son emo? ¿son cultura a la moda? (sic) ¿el suicidio es la mejor forma de escaparse de todos los problemas? (¡resic!). Peor aún cuando se les cuestiona sobre sus orígenes y resulta que no tienen ni la menor idea de los fundadores musicales que ya mencionamos al inicio del texto.

Ahora bien ¿lo anterior justifica organizarse en Internet para agredirlos? Evidentemente no. Porque si se trataba de defender cultura juvenil contra moda oportunista, lo único que se logró fue victimizar a los emos que hasta antes de Querétaro y la Glorieta de Insurgentes brillaban por su ausencia en la opinión pública. El impacto mediático que provocó su absurda persecución les ha regalado reflectores y lo que es más lamentable han legitimado el hecho de señalar a los punks como “agresivos”, en contraste con los “indefensos” emos. En pocas palabras, salió el tiro por la culata.

De humor involuntario son las teorías que en radio y televisión han tratado de explicar el enfrentamiento entre grupos juveniles. Se habla por ejemplo de grupos de choque como en los peores tiempos de Echeverría, cuando para ser sinceros muchos alborotadores (tal como se puede observar en los videos disponibles) asistieron a la cita inspirados por el insulso desmadre. Se habla también de discriminación hacia la orientación sexual (¿?) de los emos como si de facto todos ellos fueran homosexuales, condición por supuesto respetable pero que en términos prácticos nada tiene que ver con la discusión.

Vamos, hasta la grilla apartó su buena tajada política del pastel, como cuando el diputado local del PRD, Humberto Morgan Colón, aseguró que detrás de los depresivos muchachos había “truco” y que en realidad se trataba de una “cortina de humo” para distraer la atención de temas más serios, tal como el debate sobre la reforma energética (ver nota). Grupos marxistas como Militante de plano acusaron al PAN y a la “ultraderecha” de orquestar los ataques. Estoy de acuerdo en que tales tesis, por desgracia, en este país bien podrían ser ciertas, pero aun así me pregunto: ¿de verdad existe un plan con maña tan perfectamente estructurado al respecto o más bien se trató de provocaciones infantiles que se salieron de control?

Lo preocupante del asunto, es que tras la resaca de todo este espectáculo se pretendan cerrar foros para las culturas alternativas, que aunque pocos, han costado décadas de trabajo abrir. ¿Imaginan clausurados el UTA Underground o el Foro Alicia bajo el pretexto gubernamental de evitar conflictos? A estas alturas, si se trataba de embestir por embestir, mejor lo hubieran hecho contra los reguetoneros...

Y como no faltará quien no entienda este último sarcasmo, procederé a arengar lo políticamente correcto, que a final de cuentas sobra repetir: NO a la violencia y SÍ a la tolerancia. Yo más bien suplicaría: NO a la exageración y SÍ al sentido común.

En fin. Que triste circo para las tribus urbanas. Lamentable por donde se le vea.



pd...cada quien tiene su forma de ver la vida y es respetable , sea de la subcultura o como se dija ok para no entrar en controversias

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