5 de septiembre de 2008

Pensamiento Que Solo en el Alcoho Existen 107!!


Tal vez la obra más grande de Warhol fue el haber creado al mismo Andy Warhol. Fabricarse una personalidad camaleónica, estridente, exhibicionista, utilitaria, que hasta cierto punto podría parecer infantil e interesada, que reflejaba el modus vivendus de toda una generación; pero que en su caso enmarcaba sus profundos sentimientos de inadaptabilidad, separatividad y timidez, pero que lejos de esconderse se manifestaban abiertamente. Como si el disfraz se hubiera fabricado deliberadamente transparente para revelar aquello que encubre.
Parecería paradójico afirmar después de estas características que Warhol ha sido uno de los creadores más reales, más crudos. Sin embargo, su autenticidad radicó en que jamás negó su superficialidad, su afición por el dinero, por la fama, por lo "chic", por sus costumbres un tanto esquizofrénicas, es decir, por aquel entorno gestador del Arte Pop.
Hablar de Andy Warhol, es hablar de un enigma que quizás nunca pueda ser resuelto completamente.
El mismo manifestaba que prefería permanecer siendo un misterio; que le disgustaba contar su propia historia porque a fin de cuentas cada vez que se la preguntaran, la contaría de distinta forma, y no tanto por conservar aquella imagen hermética, que dice nada, sino por que siempre olvidaba lo que había dicho un día anterior.
Un genio cuya extraordinaria complejidad psicológica, emocional y vivencial sería en vano resumir.
Un hombre que acostumbraba cargar una grabadora escondida en su vestimenta para registrar todas las conversaciones que nunca se molestó en volver a escuchar, que no soportaba permanecer una noche en casa por temor a que algo importante sucediera en una fiesta. Que tenía miedo de que cambiaran a las personas del Estudio 54 y al no reconocerlo, no le permitieran la entrada.
Un Andy Warhol que usaba la misma ropa cada día, que se compraba un ciento de camisetas exactamente iguales, que comió los mismos alimentos por 20 años.
Un hombre que vivió con 26 gatos, todos llamados Sam, y otros tantos perros, con quienes inevitablemente debía cenar antes de salir a cualquier lugar.
Un hombre que nunca pudo entender por qué le calificaban de "Underground" si su principal preocupación en esta vida fue hacerse notar.

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